La formación de especies reactivas de oxígeno como resultado de un desequilibrio entre el sistema oxidante-antioxidante y su reactividad hacia numerosos objetivos moleculares lleva a un daño oxidativo que contribuye a diferentes patologías humanas.
Durante la enfermedad crítica se induce la liberación de mediadores proinflamatorios, lo que conlleva a una producción masiva de especies reactivas de oxígeno que potencian la respuesta inflamatoria y atacan la matriz extracelular y membranas celulares mediante la formación de peróxidos lipídicos.